Ventajas a la hora de solicitar un préstamo inmediato

 

Las entidades bancarias y dinancieras tradicionales han dejado de ser la panacea en materia de crédito por mor de la crisis. En su lugar, los préstamos inmediatos se han convertido en uno de los productos más demandados. Especialmente entre aquellas personas que ven en este método de financiación la mejor solución para sus problemas económicos puntuales. Pero, ¿son realmente ventajosos este tipo de créditos?

Lo cierto es que antes de solicitar un préstamo de este tipo hay que sopesar muy bien sus pros y sus contras. La idea es que, una vez analizados, la solicitud de dinero rápido debe incluir un mayor número de ventajas que de desventajas para el cliente. Un préstamos inmediato que se adapte perfectamente a las necesidades de cada uno y que se solicite de manera puntual para algún imprevisto.

Principales ventajas de solicitar un préstamo inmediato

Hay dos ventajas principales que subyacen a la solicitud de este tipo de préstamos. Por un lado tenemos la rapidez en la concesión de estos préstamos (en la mayoría de los casos se producen en un periodo de tiempo inferior a las 24 horas), y por otro la sencillez para solicitarlos. En este último sentido, las nuevas tecnologías han posibilitado que todos los trámites y el papeleo se lleven a cabo a través de internet. Apenas un formulario de solicitud online será suficiente para que, sin movernos de casa, podamos acceder a este tipo de préstamos rápidos.

Dinero rápido sin tener que contratar ningún otro producto financiero

De estas dos ventajas principales parten el resto de beneficios que podemos obtener solicitando un crédito de este tipo. Muchas compañías ofrecen la posibilidad de disponer de hasta 10.000 euros sin necesidad de aval en un plazo comprendido entre 24 y 48 horas. En muchas ocasiones, la solicitud de este dinero rápido se lleva a cabo mediante un sencillo formulario. Solo en contadas ocasiones habrá que incluir algún documento formal (copia del DNI, cuenta bancaria, recibo domiciliado en dicha cuenta, nómina, pensión o justificante de ingresos, etc).

Por otro lado, al solicitar algún préstamo inmediato no será necesario tener que contratar ningún otro producto financiero. Una diferencia notable, en este sentido, con respecto a las entidades bancarias. En la mayoría de los casos, estas últimas obligan al cliente a la contratación de una tarjeta de crédito, un seguro o a domiciliar la nómina en la entidad en caso de querer disponer de un préstamo.

Dinero rápido y sin explicaciones a devolver en cómodos plazos

Además, las compañías de crédito rápido no exigirán al cliente ningún tipo de explicación de lo que se va a hacer con el dinero una vez que se preste. No será necesario tener que explicar si existen problemas económicos del hogar, si el préstamo es por motivos de estudios, viajes, reformas, salud, etc.

La devolución de las cuotas de este tipo de créditos se llevará a cabo dependiendo de las condiciones de cada compañía. Cada una de ellas ofrece al cliente una serie de posibilidades para el pago de estas cuotas. Por lo general suelen ser mensuales, aunque en algunos casos pueden llegar a ser semanales o quincenales. Hay que señalar a este respecto que si el pago se lleva a cabo antes de la fecha estipulada es muy probable que el coste de los intereses sea mucho menor.

También hay que tener en cuenta la posibilidad que ofrecen muchas entidades de préstamos rápidos al ofertar su primer crédito gratis. ¿Qué quiere esto decir? Pues, sencillamente, que nuestra primera solicitud con dicha entidad no tendría ningún tipo de interés. Es decir, si solicitamos 300 euros a pagar en un mes, al cabo de ese tiempo solo tendríamos que devolver esos 300 euros.

¿Qué sucede con los tipos de interés y si se solicita una cantidad alta de dinero?

Precisamente, los tipos de interés es uno de los aspectos que más debemos tener en cuenta antes de solicitar un crédito rápido. Por lo general, suelen ser más altos que el de los préstamos personales. En la actualidad, se sitúan entre el 18% y el 22% TAE.

Otro factor a tener en cuenta será el importe del préstamo. Si es una cantidad alta, a partir de 6.000 euros, es posible que se requiera de un aval u otros requisitos. Dependiendo del estado financiero de cada uno, será necesario disponer en muchos casos de una nómina, una pensión o un justificante de ingresos mensuales.

En definitiva, son muchas las ventajas que se pueden encontrar a la hora de recurrir a este tipo de préstamos rápidos. Aunque también es cierto que habrá que calibrar muy bien cuáles son las desventajas que nos podría acarrear. En todo caso, y en la medida de lo posible, este método de financiación solo debe ser un hecho puntual para cubrir algún imprevisto, no un caso habitual en la economía del individuo.

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